martes, 8 de febrero de 2011

Los "caza bacterias" mexicanos

¿Qué se respira en Ciudad de México? Para responder a esta pregunta un grupo de científicos emprendió una singular tarea: atrapar bacterias que flotan en el ambiente para determinar su impacto en la salud de los habitantes.
El equipo instaló una red de monitoreo en varios puntos de la capital mexicana, para medir la contaminación microbiológica en la segunda metrópoli más grande del mundo.
Los aparatos atrapan las bacterias que luego son analizadas para establecer la composición de su Ácido Desoxirribonucleico (ADN).
Hasta ahora no existe un registro de los microorganismos que son aerotransportados en la atmósfera baja de la ciudad, explica Jaime García Mena, del Departamento de Genética y Biología Molecular del Centro de investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), responsable del proyecto.
"Es una caja negra donde se puede inferir que hay bacterias transportadas, pero no tenemos una documentación seria, científica de cuáles son", dice en conversación con BBC Mundo.

Ácaros, hongos y bacterias


Los primeros resultados indican que en el aire de Ciudad de México existen partículas sólidas o líquidas con entidades biológicas, que pueden ser virus, bacterias, hongos, ácaros o esporas de hongos.La red de monitoreo microbiológico tiene un año de funcionar, y se han realizado al menos cuatro mediciones cada mes.
Algunos están vivos, otros muertos o incluso en estado latente, como si estuvieran dormidos. Sin embargo, al ser respirados pueden activarse y causar alguna enfermedad.
Los investigadores del Cinvestav, que pertenece al Instituto Politécnico Nacional, encontraron que la concentración de entidades biológicas es mayor en la temporada de invierno, entre diciembre y marzo, y disminuye notablemente durante la época de lluvias, desde mayo a septiembre.
Hasta ahora, explica García Mena, no se ha determinado un riesgo importante para los habitantes de la capital mexicana.
"Algunas bacterias causan enfermedades, pero no todas son de un género que cause alarma. Podrían ser un riesgo médico si fueran más abundantes", explica.