Neptuno cumple un año. Entre ayer y hoy, 12 de julio, el planeta habrá completado su primera órbita desde que fue descubierto el 23 de septiembre de 1846; exactamente, 164.79 años terrestres.
Es el primer astro que fue descubierto por predicciones matemáticas. Por ello, lo correcto sería decir que es su primer año desde que se comprobó su existencia.
Este planeta está compuesto por materiales rocosos en su interior, fundidos con agua, amoníaco líquido y metano, y en su exterior por una mezcla de gas caliente compuesto de hidrógeno, helio, agua y metano. Se asemeja a la Tierra por su tamaño, y por sus manchas a Júpiter. Su gran diferencia, su lejanía, es el octavo y último planeta del Sistema Solar.
Un movido descubrimiento
Galileo observó el cielo nocturno invernal, el 28 de diciembre de 1611, y lo confundió con una estrella de Júpiter. El astrónomo francés Alexis Bouvard en 1821 fue el primero que teorizó sobre la existencia de otro astro porque observó anomalías en la órbita de Urano.
En 1843, John Couch Adams empezó a realizar sus calculos, pero sería en 1846 cuando Urbain Le Verrier, quien con sus propios cálculos matemáticos, codescubriese, con ayuda de Johann Gottfried Galle, el octavo planeta del Sistema Solar, Neptuno, a menos de un grado de dónde había previsto.
Desde este momento, se inició una rivalidad entre los franceses e ingleses que perdura hasta la actualidad, por ver quién había sido el primer descubridor de este lejano planeta.
Algunos historiadores indican que Adams no merece crédito en igualdad con Le Verrie, ya que sus cálculos eran deficientes porque situó a Neptuno a 12 grados de diferencia de su localización real, además de rechazar la comprobación de sus datos.
Es más, Challis, el director del observatorio de Cambridge, no llevó a cabo sus observaciones por Adams, sino por otro astrónomo, Sir George Airy.
Por otro lado, Le Verrie no comprobó sus resultados desde ningún observatorio. Hasta el momento, el descubrimiento de Neptuno se considera compartido entre Verrier, Galle, y John Couch Adams.
Neptuno, Dios del Mar
Neptuno ha recibido diversos nombres: «el planeta que le sigue a Urano» o «el planeta de Le Verrier»; «Janus», propuesto por Galle; «Oceáno»por Challis; o «Leverrier», nombre que no fue muy bien visto fuera de las fronteras francesas.
Finalmente, Le Verrier sugirió «Neptuno», que en mitología romana significa dios del mar, una nomenclatura que parecía estar en consonancia con los demás nombres de los planetas, que habían recibido nombres romanos.
El redescrubrimiento, Voyager 1 y 2
El 4 de agosto de 1977, la NASA lanzó la nave Voyager 1, y dieciséis días después su gemela,Voyager 2. Han pasado más de tres décadas, y todavía estas naves siguen funcionando, y enviando datos e imágenes a la Tierra de los planetas exteriores, además de medir los vientos solares.
Fue precisamente, la Voyager 2 cuando observó por primera vez la gran mancha oscura de Neptuno, además de medir la increíble velocidad de sus vientos, 450 metros por segundo.
La temperatura de Neptuno, el planeta más alejado del Sol, ronda los 210º bajo cero en la parte superior de la capa de nubes, por lo que la energía solar es casi inexistente. Los científicos no pueden comprender la estructura general de los vientos de Neptuno con los que proporcionan energía.
Algunas observaciones desde la Tierra dijeron que Neptuno tenía anillos o pedazos de anillos en sus alrededores, pero esto no fue concluyente hasta que el Voyager 2 encontró cuatro anillos completos, dos delgados y dos anchos.
Se cree que los anillos delgados «Lunas pastores» son los responsables de la estabilidad del planeta, y los dos más anchos, de un material opaco, impiden su detección desde la Tierra.
Parece que los anillos de Neptuno pueden contener una gran cantidad de polvo, donde en ellos pueden albergar una destacada cantidad de meteoritos, mayor que en las zonas más internas del Sistema Solar.
En la actualidad, se conocen trece lunas en Neptuno, siendo Tritón la más grande, 99,5% de la masa en órbita de este lejano planeta.
La sonda Voyager 1 tiene previsto alcanzar la última frontera del espacio interestelar a finales de 2012. Con estas sondas gemelas, hemos podido conocer y estar un poco más cerca deldesconocido y misterioso Sistema Solar.