La especie de caracol marino «Hinea brasiliana», estudiada en aguas de Australia, cuenta con un mecanismo que produce destellos de luz verde cuando se encuentra en peligro, aseguran los científicos en Proceedings B. Al proyectar la luz en todas las direcciones posibles, el animal aparenta ser más grande de lo que en realidad es.
Los investigadores han descubierto que su concha es un «difusor de luz mucho más efectivo que los mejores productos comercialesdisponibles», señala Dimitri Deheyn, del Instituto Scripps de Oceanografía en San Diego (Estados Unidos). «Y sólo funciona con un color, la luz verde azulada que el caracol produce», puntualiza Deheyn.
Los expertos creen que la bioluminiscencia actúa también como una segunda línea de defensa, lo que en biología se denomina «alarma antirrobo». Según Deheyn «ésta podría ser la forma que el caracol utiliza para decir: "¡Oye, cómete a ese individuo, que está atacándome!"».
Los destellos colocan «bajo el reflector» a los depredadores persistentes, como los cangrejos, y facilita a todas aquellas criaturas que se alimentan de los crustáceos su captura.
La pequeñísima parte bioluminiscente del caracol está dentro de la concha, pero amplifica la leve luz que ilumina toda su superficie cuando es necesario. Un «raro» modus operandi del que podrían beneficiarse la bioingeniería y la óptica, comenta Nereida Wilson, del Museo de Sídney.