La empresa Novespace, dedicada especialmente a realizar vuelos en microgravedad para pruebas científicas y entrenamiento de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA), planea abrir sus puertas a los amantes de las experiencias extremas, previo pago de unos 4.000 ó 5.000 euros. Las fechas todavía no están confirmadas, pero la compañía privada, ubicada en Burdeos, prevé convertirse pronto en la primera europea que ofrezca al público la posibilidad de sentir la falta de la gravedad en un impresionante Airbus 300 Zero-G. Hasta ahora solo una firma privada estadounidense y otra rusa, pero ésta asociada a la Ciudad de las Estrellas, venden pasajes para disfrutar de este tipo de vuelos, llamados parabólicos. Aquellos que quieran darse el capricho podrán flotar como lo hace un astronauta en un paseo espacial, aunque durante mucho menos tiempo. El placer de dejar de pisar el suelo como el resto de los mortales dura 22 segundos, repetidos treinta y una veces durante las tres horas del vuelo. Son suficientes para recordarlos toda la vida.
«Si no lo hacemos nosotros, lo harán otros y queremos ser los primeros», reconoce Thierry Gharib, director adjunto de Novespace. Subiendo turistas al avión, «obtendremos otra fuente de ingresos, acercaremos la ciencia a la gente y podremos ofrecer la realización de experimentos científicos a precios más interesantes», añade. A pesar de su elevado precio -«un precio que todavía está por perfilar», matiza Gharib-, no solo será un antojo para millonarios, ya que la empresa pretende llegar a acuerdos con algunas agencias espaciales para conseguir que «mediante la organización de algún tipo de concurso» existan afortunados pasajeros que no paguen su asiento. Las conversaciones con las agencias espaciales de Francia y Alemania ya han comenzado.
Flotar por el aire
Los vuelos parabólicos son distintos a los suborbitales para turistas espaciales. «La similitud es la microgravedad, pero un vuelo suborbital dura más tiempo y puedes ver la forma de la Tierra y el espacio oscuro», aclara el responsable de Novespace. En el vuelo en microgravedad, el aparato, especialmente modificado para ello, realizaunas 30 parábolas en el aire, es decir, sube y cae en picado con una gran inclinación, y en ese proceso es cuando la gravedad desaparece y todo lo que no está atado flota por el aire.
Esta situación es idónea para la realización de experimentos científicos de biología o física sin necesidad de llevarlos hasta la Estación Espacial Internacional (ISS), obviamente más costoso, y para elentrenamiento de astronautas antes de viajar al espacio.Precisamente, la semana pasada el Airbus 300 Zero-G realizó tres de estos vuelos en su campaña número 54.